CIENCIA Y AMBIENTE

Especialistas del CONICET lideran estudios para el Manejo de Riesgos y Restauración ambiental tras los incendios en la Patagonia

Se trata de una solicitud del gobierno de Río Negro al organismo para realizar un diagnóstico y brindar asistencia técnica en el Área Natural Protegida Río Azul - Lago Escondido y zonas aledañas.


Los bosques nativos andino-patagónicos son reconocidos por su diversidad de ambientes naturales y relevancia ecológica en la conservación de la biodiversidad y recursos hídricos, pero en los últimos años están siendo afectados por los incendios forestales, que son cada vez más frecuentes y severos. Actualmente, estos eventos representan una preocupación por sus consecuencias en términos ambientales, sociales y económico-productivos. Para comprender su dinámica en la zona afectada, evaluar su impacto y planificar qué estrategias son las más efectivas para su manejo y prevención, más de veinte especialistas del CONICET fueron convocados por el gobierno de la provincia de Río Negro para trabajar de manera articulada e interdisciplinar en un diagnóstico del último incendio ocurrido en la zona.

Se trata del incendio forestal “Confluencia”, ocurrido desde finales de enero a marzo de 2025, en el Área Natural Protegida Río Azul - Lago Escondido en Mallín Ahogado y zonas aledañas ubicadas en El Bolsón (provincia de Río Negro), que afectó unas 3.800 hectáreas de las cuales 2.100 pertenecen a bosque nativo y el resto a plantaciones forestales, humedales (mallines) y chacras con alrededor de 150 establecimientos agrícolas. A su vez, 220 viviendas fueron damnificadas, más de 700 turistas fueron evacuados y se estiman miles de millones en reconstrucción y pérdidas productivas. A partir de ese evento, la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Río Negro convoca al CONICET, con el objetivo de brindar asistencia técnica para el manejo y gestión de riesgos, restauración y rehabilitación del área afectada en el marco interinstitucional del “Programa Integral de Manejo de Riesgo y Restauración del incendio Confluencia (ANPRALE y zona de influencia indirecta)”.

“El trabajo articulado entre el equipo del CONICET y los actores directa e indirectamente afectados es un gran desafío, que requiere comprender y contemplar los diferentes intereses y expectativas respecto del proceso de reconstrucción, rehabilitación y restauración de los daños ocasionados por los incendios”, señala Javier Grosfeld, del Área de Desarrollo de Proyectos Institucionales del CONICET Patagonia Norte y coordinador general del proyecto. Y resalta que la escucha atenta para la búsqueda de acuerdos y el trabajo colaborativo entre todas las instituciones y organizaciones “serán fundamentales para construir un buen plan de manejo que refleje el compromiso entre las acciones necesarias para promover la recuperación del incendio y las necesidades de los pobladores de las áreas afectadas”.

Del fuego al impacto: comprender la severidad de los incendios forestales

“La ´severidad´ mide el impacto del incendio sobre el ecosistema, es decir la magnitud de la pérdida de materia orgánica de la vegetación y suelos durante el incendio”, sostiene Thomas Kitzberger, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCo) y coordinador del grupo de científicos que cuantificarán espacialmente este factor, llamado “severidad del incendio”. “Debe diferenciarse de la intensidad, que describe una dimensión del comportamiento del incendio y se refiere a la velocidad a la que se libera energía durante la combustión. Varía espacial y temporalmente durante un incendio. Se cuantifica durante el evento”, indica Kitzberger.

En ese sentido, el científico asegura que es importante diferenciar la severidad de las respuestas ecosistémicas que miden la recuperación o degradación del ecosistema luego del paso del fuego, como por ejemplo, la erosión del suelo, la regeneración de la vegetación, los cambios en la fauna, la invasión de especies exóticas, entre otras. Según el investigador, este incendio “fue muy particular por dos aspectos: el primero es que afectó ambientes naturales, pero luego se propagó hacia una interfase rural-boscosas afectando vidas, bienes y producción. La otra particularidad de este incendio fue la gran velocidad de propagación y su peligrosidad”. Y explica: “En este estudio cuantificaremos los impactos ambientales, que posiblemente sean muy heterogéneos en el terreno dependiendo de características locales como la vegetación, combustibles, topografía y comportamiento que tuvo el fuego en ese momento. Se espera que haya sectores del paisaje que sean resilientes y puedan generar procesos de regeneración natural. Sin embargo, también se prevé que haya sectores con importantes cambios ecológicos de bosques a sistemas de matorral”.

Riesgos geoambientales post-incendios bajo el monitoreo científico

La peligrosidad ambiental es la probabilidad de que se produzcan fenómenos naturales o inducidos por el ser humano que pueden causar daños al ambiente, a las personas o a la infraestructura. El especialista en riesgos geológicos, Gustavo Villarosa, investigador del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC, CONICET-UNCo), señala que, en el contexto del programa, “es relevante identificar y monitorear factores como la erosión del suelo y la remoción en masa en áreas afectadas por incendios. Estos procesos son importantes para estudiar el riesgo ambiental, ya que los incendios pueden alterar significativamente la estabilidad del suelo y aumentar la posibilidad de ocurrencia de deslizamientos, flujos que se desplazan por los fondos de los valles fluviales e incluso de inundaciones y otros fenómenos geológicos peligrosos como las caídas de rocas o la erosión de caminos o estribos de puentes y pasarelas”.

El trabajo específico de este grupo de investigación para el proyecto consiste en identificar los factores de peligrosidad geoambiental en las áreas afectadas por el fuego y proponer un sistema de monitoreo basado en participación ciudadana. “Este programa, cuando sea implementado, servirá además como precursor para un sistema de alerta temprana que será de utilidad para gestionar adecuadamente los peligros analizados en el área de la reserva”, afirma el investigador. De esta manera, Villarosa considera que “reconocerlos y valorar su importancia es clave para la definición de medidas de prevención, mitigación y gestión de los riesgos derivados, así como también para un adecuado diseño de planes de recuperación”. Cabe destacar que los principales riesgos geoambientales que pueden darse después de los incendios se evalúan en terreno e incluyen, como menciona el científico, aluviones, deslizamientos, caídas de rocas y la alteración de los cursos de agua. “Los trabajos incluyen observaciones de campo que realizarán especialistas de geología y geografía, la detección y seguimiento fotogramétrico de procesos con drone, el mapeo de zonas afectadas y tipo de procesos en curso y la propuesta de instrumentación para monitoreo”, dice el científico.

Ciencia aplicada al servicio de la comunidad

Este programa integral tiene varias etapas de trabajo. La tarea de los científicos del CONICET contempla el diagnóstico y estudio de severidad, análisis de los riesgos y sensibilidad ambiental, los aspectos sociales en relación a la población afectada y la comunidad, la educación ambiental asociada a la restauración ecológica, el estudio de la vegetación y la fauna, y los lineamientos vinculados a lo turístico, entre otros. Los especialistas involucrados pertenecen al INIBIOMA e IPATEC (CONICET-UNCo), al IIDyPCa e IRNAD (CONICET-UNRN), al CIEFAP y al IFAB (CONICET-INTA).

Sobre el valor social de este aporte científico, Grosfeld, el coordinador del proyecto, reflexiona que “la posibilidad de armar un equipo técnico científico interinstitucional e interdisciplinario con una mirada integral a los problemas que surgieron luego de este incendio serán puestos en valor por las decisiones que se tomen sean correctas en base al diagnóstico”.

En relación al trabajo interinstitucional, los equipos están integrados también por técnicos que trabajan en la zona afectada como los de las instituciones de la provincia de Río Negro que participan de la iniciativa. Además, con el fin de fortalecer capacidades técnicas para el diagnóstico post-incendio y la planificación de acciones de manejo y restauración, los expertos del CONICET facilitan herramientas a distintos actores vinculados a la gestión y análisis de los incendios forestales.

En cuanto a los pasos a futuro, Grosfeld asevera que antes de pensar en una restauración final “hay que realizar este diagnóstico ambiental, social, productivo, institucional sobre medidas a tomar para luego, a partir de los estudios de la severidad, determinar qué áreas son prioritarias para empezar un programa de restauración”. Y añade: “Se debe contemplar no solo la restauración activa sino también tener en cuenta todas las otras medidas necesarias para rehabilitar el lugar por ejemplo el manejo de ganado, de las plantas exóticas, el uso público y promover la restauración pasiva. Recién al final vamos a ver las acciones de plantación en la zona”.

Para finalizar, el especialista remarca la importancia de repensarnos como sociedad: “Hay que construir comunidad y reconstruir la comunidad. La prevención para los incendios forestales empieza primero por un lote, una manzana, después el barrio y la ciudad o el área. El trabajo conjunto entre los ciudadanos con las instituciones es fundamental. En la región andino-patagónica vamos a estar todos los años en situaciones de riesgo vinculadas a los incendios forestales. El primer paso es la toma de conciencia y después pensar cuáles son las acciones que cada uno puede hacer desde su lugar”, concluye Grosfeld.