Un equipo de trabajo del que participó Germán Ernesto Gomez, investigador asistente del CONICET en el Instituto de Investigación en Tecnología Química INTEQUI (CONICET-UNSL), desarrolló una nueva forma de síntesis de un material y los resultados fueron publicados en la revista Inorganic Chemistry; la publicación fue elegida como tapa de la revista. Gomez centra su plan de investigación en el desarrollo de dispositivos basados en estructuras metal-orgánicas, conocidas como MOFs, por sus siglas en inglés (metal organic frameworks) para el sensado y fotocatálisis.
En este caso, en una colaboración con institutos de los Estados Unidos y Rusia, logró sintetizar MOFs de uranilo principalmente por sus propiedades luminiscentes, y como explica el investigador, esto abre las posibilidades de diseñar y emplear materiales derivados de la actividad nuclear para su uso en sensores térmicos y químicos, fotocatalizadores, en aeronáutica.
“Estos resultados son un aporte a la química supramolecular para la obtención de estructuras tipo MOFs con aplicaciones específicas, en este caso, para el campo de la óptica. Son estructuras inorgánicas donde los centros metálicos están unidos por moléculas orgánicas, que pueden generar cadenas 1D, láminas 2D o redes 3D”, explica Gomez, quien también es docente en la Universidad Nacional de San Luis.
Estos hallazgos se obtuvieron como resultado de una estancia de tres meses en la Universidad de George Washington (GWU) a principios del año pasado, en el marco de una beca Fulbright para investigadores argentinos.
“El Uranio, como sabemos, se utiliza en las centrales energéticas y en el desarrollo de nuevas tecnologías tales como en satélites, aviación, entre otras. Sin embargo, esto deja como producto uranio empobrecido el cual es necesario purificarlo y reutilizarlo”, explica Gomez. “El grupo de Christopher Cahill en la Universidad de George Washington [uno de los autores de la publicación] y con el financiamiento del departamento de Energía de los Estados Unidos, está abocado a la obtención de estructuras cristalinas basadas en Uranilo -que es un derivado del Uranio empobrecido- con el fin de darle un valor agregado a productos secundarios provenientes de la industria nuclear”, agrega.
Gomez confía de que estos resultados permitirían planificar futuros estudios en Química Supramolecular, en colaboración en con el grupo que lidera Cahill, hacia la obtención de nuevas fases derivadas del uranilo.