Ciencia en San Luis: Episodio 30 – Cecilia Lucero Estrada y la investigación sobre bacterias patógenas

En esta ocasión entrevistamos a Cecilia Lucero Estrada es doctora en Bioquímica, es directora del Laboratorio de Investigación en Microbiología del IMIBIO-SL. También realiza tareas en el área de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) de nuestra Universidad Nacional de San Luis. Es investigadora adjunta de CONICET, y en la facultad profesora adjunta de la UNSL.

En el laboratorio que lidera, investigan sobre bacterias patógenas que se transmiten por alimentos. Se enfocan -principalmente- en dos especies bacterianas: Yersinia enterocolitica y Escherichia coli productora de toxina, conocida como STEC. Ambas se transmiten a través de alimentos cárnicos y producen enfermedades, especialmente en niños menores de 5 años. Al respecto, Lucero Estrada destaca: “La Escherichia coli (STEC) puede causar el síndrome urémico hemolítico, entre otras sintomatologías. Es una enfermedad endémica en nuestro país, con aproximadamente 400 casos por año. Aunque en muchos casos los síntomas son leves (diarrea, dolor abdominal), puede complicarse con problemas renales e incluso causar la muerte. Por su parte, Yersinia enterocolitica también produce enterocolitis, pero puede generar síntomas extraintestinales como artritis reactiva, pseudoapendicitis y, en casos graves, sepsis. Por estas razones nos interesa profundamente investigar estas dos especies, relevantes tanto para nuestro país como a nivel global”.

Los objetivos de este tipo de investigación se centran en sus dos líneas principales de investigación:

1. Línea epidemiológica: desarrollan metodologías para la identificación de esas bacterias en alimentos. El laboratorio funciona desde la década de 1980, y el tiempo ha brindado la posibilidad de incorporar mejoras y actualizaciones técnicas microbiológicas para alcanzar resultados más específicos y sensibles.
2. Línea de alternativas a los antibióticos: buscan compuestos que puedan reemplazar o potenciar la acción de los antibióticos tradicionales, considerando el aumento de la resistencia debido al mal uso y abuso en humanos y animales.

Beneficios directos para la salud de la sociedad

Al ser consultada sobre como impacta en la vida diaria de la gente, la investigadora Adjunta de CONICET alega: “Los beneficios son numerosos. En la línea epidemiológica, por ejemplo, en el caso de Yersinia enterocolitica, logramos reducir el tiempo de detección en alimentos de 25 días a unas 8-9 horas utilizando PCR en tiempo real, lo cual es un avance significativo. En la línea de alternativas terapéuticas, encontramos compuestos antimicrobianos con mecanismos diferentes a los tradicionales. Por ejemplo: Porfirinas, que -activadas con luz- tienen una potente acción antimicrobiana. Esta terapia fotodinámica puede utilizarse para curar heridas en piel, donde los antibióticos tienen menor efectividad. Bacteriocinas, péptidos producidos por bacterias no patógenas, que eliminan bacterias patógenas. Extractos de yerba mate, que además de sus beneficios conocidos, demostraron actividad antimicrobiana. Se podría decir que “tomar mate salva vidas”, en broma, pero con una base científica.

Al ser consultada sobre los alcances y logros que más destaca, Lucero Estrada pone nuevamente de relieve la reducción del tiempo de detección: “Uno de los principales logros es haber conseguido que la identificación de estas bacterias (Yersinia enterocolitica y STEC) en alimentos sea mucho más rápida y eficiente. Además, realizamos estudios epidemiológicos locales para monitorear la presencia y variabilidad de cepas en nuestra ciudad, lo cual es clave para la salud pública. En la línea de investigación sobre antimicrobianos, estamos encontrando múltiples compuestos alternativos que pueden actuar solos o potenciar a los antibióticos actuales, incluso contra cepas resistentes, lo cual es muy prometedor para tratamientos futuros”.

Agradecimientos

Finalmente, la directora del Laboratorio de Investigación en Microbiología del IMIBIO-SL, agradeció “profundamente” a mi familia (por su apoyo constante y cariño), a la universidad (por formarla y permitile estudiar gracias a que es pública y gratuita), al CONICET y a la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (donde trabaja desde hace aproximadamente 25 años), al área de Microbiología e Inmunología, al equipo del LABIMIC, conformado por profesionales de diversas disciplinas: bioquímicos, farmacéuticos, biólogos, biólogos moleculares. A ello acotó: “Agradezco especialmente al Dra. Gabriela Favier, Dra. Ana Mastrodonato, Natalia Di Marco, Araceli Toranzo, Hebe Iriarte (nuestra CPA microbióloga y curadora del cepario con más de 200 cepas de Yersinia enterocolitica aisladas). También agradezco a nuestros becarios y becarias, Florencia Colocho y Franco Liñeira (becarios CONICET), Fermín Clement (becario de Agencia), a los estudiantes que hacen pasantías o becas en nuestro laboratorio. Y finalmente, a los investigadores externos con quienes colaboramos: Dr. Carlos Pungitore (INTEQUI), Dr. Maximiliano Yuri (IMIBIO-SL), Dra. Paulina Páez (UNITEFA – UNC)”.