Alejandro Boscoboinik, becario doctoral del CONICET en el Instituto de Física Aplicada ‘Dr. Jorge Andrés Zgrablich’ (INFAP, CONICET – UNSL) entre abril del 2014 y agosto de 2015, formó parte durante este período, en el marco de una estancia de en los Estados Unidos, de una investigación que consiguió algo inédito hasta el momento: confinar átomos de gas argón en estructuras nanoporosas de dos dimensiones a temperatura ambiente. Los resultados fueron publicados hoy en la revista Nature Communications.
La importancia de este logro radica en que entender cómo entran y salen átomos de superficies nanoporosas planas permitirá a los científicos estudiar cómo diseñar materiales absorbentes y membranas para capturar y aislar gases contaminantes generados por las centrales nucleares como el criptón radiactivo y el xenón.
El trabajo de investigación tuvo lugar en el Brookhaven National Laboratory, en Nueva York (Estados Unidos), y comenzó en 2014. En ese momento Boscoboinik se encontraba en Estados Unidos para realizar tareas experimentales vinculadas a su plan de doctorado como becario del CONICET, dirigido por Víctor Pereyra y Sergio Manzi, ambos investigadores del Consejo en el INFAP, respectivamente en las categorías de adjunto y principal.
Hoy Boscoboinik se encuentra realizando su doctorado en Química en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee en Estados Unidos. No obstante, reconoce la importancia que el CONICET tuvo en el impulso de su carrera científica.
“CONICET fue motor y soporte en mi formación académica así como también una importante fuente de divulgación científica. Considero que, en conjunto con nuestras universidades nacionales, lleva a la población argentina educación gratuita, pública y de calidad, al mismo tiempo que genera oportunidades que interconectan personas involucradas en distintas áreas científicas, desde la teoría a la práctica”, afirmó.