PREMIOS NOBEL 2019

Premio Nobel de Física, científicos argentinos y sus trabajos junto a los laureados

Rodrigo Díaz y Diego García Lambas, investigadores del CONICET, cuentan su experiencia en investigaciones en exo-planetas y cosmología en las que participaron junto a los Premios Nobel en Física James Peebles, Michel Mayor, y Didier Queloz.


El Premio Nobel de Física 2019 fue compartido entre James Peebles, de la Universidad estadounidense de Princeton, por su aporte a la Cosmología, en particular la detección de las ondulaciones de radiación de fondo del Universo; y Michel Mayor y Didier Queloz, de la Universidad de Ginebra, Suiza, por su descubrimiento del primer exoplaneta.

A lo largo de sus carreras, científicos del CONICET trabajaron en conjunto con ellos y han compartido y se inspiraron en sus trabajos que en ambos casos fueron galardonados por el aporte fundamental a la Física, y el haber abierto el juego a la investigación del origen del Universo y la formación de los sistemas planetarios.

Diego García Lambas, director del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE, CONICET-UNC) e investigador superior del CONICET, hizo su posdoctorado en la Universidad de Princeton, bajo la dirección de James Peebles, y Rodrigo Díaz, investigador adjunto del Consejo, en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, CONICET-UBA), participó de varias publicaciones sobre exoplanetas, junto a Michel Mayor y Didier Queloz.

Por su parte García Lambas asegura que recibió el anuncio de la Fundación Nobel de hoy con mucha alegría por el reconocimiento a James Peebles, quien fue su director entre los años 1986 y 87. “Estuve en Princeton [Estados Unidos] bajo su dirección, fui becario postdoctoral del CONICET con James Peebles. Era un momento previo al descubrimiento de las fluctuaciones de la radiación de fondo; se conocía la radiación de fondo, pero no se conocían estas ondulaciones que son fundamentales para sustentar la formación de la estructura del Universo. Toda la cosmología de hoy está basada en eso”, cuenta.

“Yo trabajé en el IATE con alineamiento de galaxias centrales de cúmulos con estructuras a gran escala, que es algo que Peebles empezó. Y hoy muchos años después vuelven a ser importante y retomé este año el trabajo y hay mucho para hacer”.

“Me traje su conocimiento, y como también lo hicieron muchas personas que trabajaron con él y hoy se destacan internacionalmente, es muy importante hacer pasantías en el exterior con personas como James Peebles, porque además de sabio es generoso, eso es lo que más valoro de él: su don de gente”.

Por parte de Rodrigo Díaz, también expresó su “alegría y emoción” al conocer la premiación de dos científicos que fueron los descubridores del primer exoplaneta, Michel Mayor, y Didier Queloz. “Es un Nobel que creo muy merecido, que sonaba hace muchos años, pero no terminaba de ocurrir y por supuesto porque es un reconocimiento para el campo [de estudio]”, confía Díaz.

“No solo abrieron un campo de la astrofísica que no existía, en el que hoy en día trabajan muchas personas, sino que también ese descubrimiento y los siguientes hicieron reformular mucho de lo que se sabía de la formación de sistemas planetarios. Hasta el ’95 el único sistema que conocíamos estrictamente era el Sistema Solar, no se conocía ningún otro sistema planetario y todos los modelos de formación estaban orientados a explicar el Sistema Solar”.

El descubrimiento por el que fueron galardonados Mayor y Queloz, se trata de un exoplaneta, explica Díaz,  de las dimensiones de Júpiter, pero que en lugar de estar en una órbita alejada, -Jupiter le da una vuelta al Sol cada 12 años-, este primer exoplaneta le da vuelta a su estrella en 4 días, lo que significa que está muchísimo más cerca. “Era algo que nadie estaba esperando y abre caminos para mejorar los modelos y la comprensión, son observaciones que ayudan al entendimiento y hablan de un mérito de Mayor y Queloz de considerar opciones por fuera de lo que se puede esperar, era imposible pensar en un planeta como Jupiter tan cerca de su estrella”.

“Mayor es alguien que sigue yendo a trabajar al departamento, como profesor emérito, ya jubilado pero siempre presente y muy interesado en todo lo que estaba ocurriendo en su equipo. Siempre que estábamos preparando un artículo sus comentarios no se hacían esperar y siempre tenía un comentario agudo y preciso, una persona muy apasionada con lo que hace. Por otro lado Didier Queloz en su momento era estudiante de doctorado, lo que de alguna manera es un reconocimiento del trabajo de los jóvenes en formación y no solo al líder del equipo”.

Por María Bocconi