El profesor de la cátedra de Climatología Agrícola (FCA-UNER), investigador Independiente de CONICET e integrante del GEA-IMASL, Dr. Marcelo Daniel Nosseto participó de un análisis financiado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Lo hizo junto al equipo de trabajo conformado por Valeria Aramayo (INTA Bariloche) y María Victoria Cremona (INTA Bariloche).
La erosión hídrica es reconocida como una de las principales causas de degradación de las tierras, especialmente en zonas áridas como la región norte de la Patagonia. La estimación precisa de este fenómeno es esencial para desarrollar estrategias efectivas de conservación del suelo. En este contexto, un equipo de investigadores ha llevado a cabo un estudio sobre la “susceptibilidad a la erosión hídrica” y los factores que predisponen a esta erosión en una cuenca específica de la región patagónica, utilizando el modelo USLE (Ecuación Universal de Pérdida de Suelo, por sus siglas en inglés).
El análisis se realizó a partir del uso de herramientas de teledetección, Sistemas de Información Geográfica (SIG) y análisis de componentes principales. Estos métodos permitieron evaluar el escenario promedio de pérdida de suelo en la cuenca y analizar el impacto de diferentes variables. Además, el estudio consideró tres escenarios alternativos basados en posibles modificaciones en la cobertura vegetal y la intervención sobre los humedales, evaluando cómo estos cambios influirían en la tasa de erosión estimada.
El resultado promedio del estudio indicó que “la tasa estimada de pérdida de suelo por erosión hídrica promedió 27 t ha-1 año-1 con distintos grados de afectación en el área”, aunque con variaciones según las características del terreno. Estos resultados coincidieron con las mediciones de sedimentos en suspensión recolectados en tres arroyos de la cuenca, lo que validó la solidez de las estimaciones. De los factores analizados, el que demostró mayor influencia en la variabilidad de la erosión hídrica fue la pendiente del terreno.
Al comparar los diferentes escenarios, se observó que las mayores diferencias en las tasas de erosión correspondían a “cambios en la erosividad de las precipitaciones”, más que a cambios en la cobertura vegetal o a intervenciones en los humedales (mallines). Esto sugiere que los eventos climáticos y la intensidad de las precipitaciones juegan un rol crucial en la aceleración del proceso erosivo en esta región.
Los resultados de este trabajo “ponen de manifiesto la existencia de áreas sensibles a la erosión hídrica y permiten establecer prioridades y/o alcances de las decisiones para el cuidado de los recursos naturales en zonas áridas como esta porción de la Patagonia”.